Domingo, 28 de mayo de 2023

Nuestra pila bautismal recupera todo su esplendor

Se ha presentado a la comunidad la tapa original de mármol, después de haber sido sometida a trabajos de restauración

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Cuidar y conservar nuestro patrimonio y convertirlo en cauce de evangelización, es uno de los objetivos que contempla nuestro “Plan de Pastoral Parroquial”. Restaurar y preservar el legado histórico de nuestra parroquia, ha de ser motivo de inquietud para todos aquellos que formamos parte de una comunidad parroquial “histórica”.

Por ello, procuramos, en la medida de nuestras posibilidades, custodiar con celo la orfebrería, los ornamentos, las imágenes, las piezas litúrgicas, el archivo y la biblioteca, entre otras. Recientemente, hemos restaurado gran parte de los vasos sagrados que componen nuestro inventario parroquial; hemos devuelto el color y la esencia a numerosos ornamentos octogenarios: capas pluviales, casullas y dalmáticas; el curso pasado, con motivo del Año Jubilar en honor a san Francisco de Borja, fue restaurada la imagen de nuestro santo titular y hemos procurado reordenar y actualizar nuestro archivo parroquial, todo ello, con la generosidad y el compromiso de nuestra feligresía.

Esta vez, coincidiendo con la solemnidad de Pentecostés, ha sido presentada a la comunidad, la tapa de nuestra pila bautismal. A finales de la década de 1940, nuestro primer párroco, Rvdo. Sr. Dr. D. José María Mateu Climent, bendijo la pila, instalada en el baptisterio del primitivo templo parroquial de la calle Literato Azorín. Una esbelta pila, fabricada en tres pétreos naturales distintos: la copa y la tapa, de mármol “Rosa Valencia”; el fuste, de mármol de “Carrara”; y la basa, de mármol “Negro Marquina".

Una vez construido el nuevo templo parroquial, el baptisterio quedó situado en la que hoy es capilla del Santísimo Cristo de la Providencia, entrando en el templo a mano izquierda, mirando de frente al presbiterio. En la década de 1980, tras la reforma litúrgica y la aplicación de las directrices conciliares, la pila bautismal fue trasladada al mismo presbiterio, donde actualmente se encuentra. Ante la imposibilidad de retirar la tapa original, por su considerable peso, cada vez que se celebraba un bautismo, se decidió colocar una de latón dorado, rematada con el crismón original. De esta forma, quedó retirada debajo de una escalera, la mencionada tapa de mármol “Rosa Valencia”.

Después de consensuarlo con la comunidad parroquial, nuestro párroco Don Pedro Miret Giner, decidió comenzar los trámites oportunos para restaurar la pieza original y devolverla al lugar que le correspondía. El encargo fue adjudicado a una empresa especializada en mármoles que ha cumplido con esmero la encomienda. Entre los trabajos realizados, destaca el vaciado interior de la pieza, y por tanto su aligeramiento, pues ha pasado de pesar 100 kg, a prácticamente 40 kg; a su vez, ha recibido un tratamiento de pulido, que ha conformado una superficie totalmente brillante. Ha sido colocado de nuevo, el crismón original y dos nuevas asas que facilitan su apertura y traslado, a la hora de celebrar un bautismo.

Es en la pila bautismal, donde los niños y adultos catecúmenos, nacen a la vida de Dios, por el agua y el Espíritu Santo. Es allí, donde sus padres y padrinos, consolidan su compromiso con la Iglesia, para educar en la fe a sus hijos. En la pila del bautismo por tanto, son recibidos los nuevos miembros de nuestra comunidad parroquial. Es por ello, por lo que debemos de utilizarla con compromiso y conservarla como elemento de nuestra identidad propia, legado de nuestros mayores.

La pila bautismal, ha recobrado todo su esplendor. Otro de nuestros proyectos se ve culminado. La comunidad parroquial de San Francisco de Borja de Valencia, agradece a Dios, el regalo que ha hecho, de poder tener una pila bautismal como la que hoy tenemos, pues por ella, van a ser constituidos muchos hijos suyos, por el agua y el Espíritu Santo. ¡Demos gracias a Dios!